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domingo, 18 de diciembre de 2016

La Edad Moderna: Aparición del mercado internacional

            El progresivo control occidental de los mares que se da durante la época moderna es debido a distintas causas: Entre ellas encontramos El conflicto otomano vs. cristiano; el comercio de los nuevos fármacos descubiertos o del propio café. Dentro del comercio se da el caso de la utilización del opio como moneda de cambio con Extremo Oriente debido a su calidad superior comparado con los autóctonos. Este tipo de método de "trueque", plantea a estas sustancias como un motor comunicativo entre distintos continentes. Como entre América y Europa o entre Europa y Extremo Oriente.
            A finales del siglo XV, Portugal consigue relegar a segundo plano el monopolio veneciano consiguiendo abrir una nueva ruta donde tener contacto directo con los distintos enclaves asiáticos bordeando las costas de África. En contraposición, Inglaterra y Holanda fundan cada una su propia Compañía de las Indias Orientales mas o menos un siglo después. De esta forma, tanto Portugal, Inglaterra y Holanda forjan enclaves estratégicos manteniendo así, su posición en Oriente.

 La Recuperación del Opio

            En los primeros años de viajes portugueses, Arias Barbosa se da cuenta que puede utilizar el opio de Asia menor como pago en Extremo Oriente. A partir de este momento los portugueses llevan herboristas para investigar las hierbas autóctonas en cada uno de sus viajes. En 1562, García da Horta escribe "Cologios des Simples Drogas e Coisas Medicinais da Índia", donde diferencia entre distintos tipos de opios  (Tebaico, bengalí, ibérico, indio y chino). Este, solo es un ejemplo de tantos otros eruditos contemporáneos que se dedicaron a estudiar el opio. Entre ellos, encontramos a Cristóbal da Costa escribe "Tratado de las Drogas y Medicinas de las Indias Orientales" donde se describe el mismo habito de consumir opio y el síndrome de abstinencia en un cargamento de esclavos turcos, los cuales le aseguran que, si no consumen opio en 2 o 3 días, acabarían falleciendo. Como no estaba dispuesto a darle dicha sustancia a los presos, debido a que, uno de los cautivos le ofreció una idea alternativa, que sustituyesen opio por tragos de vino puro cada  mañana durante un mes. Según da Costa, en un mes los cautivos no necesitaban esta sustancia. Armin Vambery también documenta un consumo socializado en Persia en el que habla que los persas a cierta edad consumían opio para mantener la salud y la fuerza. Hay una gran diferencia en el consumo asiático y el consumo europeo, en el asiático es un euforiante general, mientras que en Europa se considera un analgésico formidable.
            Volviendo al papel de las sustancias que alteran la consciencia, a finales del siglo XVII, se da una crisis de valores donde esas sustancias no se ven de forma tan demoníaca. Esto se debe a la perspectiva que acaba consiguiendo el opio como sedante y analgésico, junto a la propia curiosidad científica. De esta forma, el opio comienza a utilizarse como parte de distintas triacas medicinales para ricos. Este afán de las clases poderosas, hace que los médicos utilicen materiales preciosas para cortar la sustancia pura y así, poder cobrar esas tarifas tan abigarradas que solo pueden pagar la gente adinerada. Los pobres estaban obligados por su situación económica a atenerse a recetas medievales de magia blanca (como agua bendita, misa, cirios...) o magia negra (como untos compuestos de solanáceas).
            Es en este mismo siglo, donde los holandeses sufren un apogeo político y económico basado en el comercio con oriente a través del opio y con las Américas, donde se dedican a la trata de esclavos.  Por la primera causa, encontramos una gran almacenamiento de esta sustancia a la vez que un gran interés por parte, tanto de fisiólogos como de clínicos que ven este componente como la "piedra filosofal de la medicina".Esta situación cambia a mediados de siglo por sus conflictos ultramarinos con los ingleses, quienes acaban actuando como los nuevos suministradores de opio a Extremo Oriente. En esta supremacía inglesa, aparece el láudano de Thomas Sydenham, quien consideraba que el opio debería ser la base de la medicina por sus propiedades analgésicas una concentración del opio que consiguió una gran aceptación llegándose a vender la misma formula hasta la segunda mitad del siglo XX. La receta de este derivado sería: Una libra de vino de Málaga, dos onzas de opio, una onza de azafrán y un dracma de polvo de canela y clavo, macerado todo dos o tres días al baño de María. En estos momentos también se llevan a cabo los primeros intentos de terapias intravenosas utilizando el opio, sin embargo no salen bien, porque los sujetos a experimentar, perros, gatos y un solo humano, mostraban resultados muy dispares. Los distintos estudios y aplicaciones que se da al opio,  provoca que  se convierta en la droga  por excelencia de estos siglos, dejando otras sustancias que alteran la consciencia en un plano mas marginal.

Curioso Caso del Tabaco y del Café

            A parte del opio, se expanden otras sustancias con mucha menos aceptación. Entre estas otras drogas, encontramos el tabaco, gravado por primera vez en distintas colonias españolas, Cuba y Santo Domingo, a principio, del siglo XVII. Desde este momento se extiende el cultivo de tabaco por las distintas colonias americanas por llegando a echar abajo cultivos alimenticios solo por producir esta planta, a sabiendas que su cultivo es muy sacrificado y agota rápidamente la tierra. En esta primera mitad del siglo XVII se crearon varios decretos sobre la plantación y el comercio de  la hierba nicotina. Sin embargo, en la segunda mitad del mismos siglo la reacción de los países no exportadores es totalmente adversa. Donde casos como los de Rusia o el propio Imperio Otomano se castiga tanto a los consumidores como a los proveedores. La propia iglesia católica, emprende medidas contra los fumadores en la constitución Cum Ecciesia de 1642 donde se excomulga a los usuarios de esta sustancia que la usen cerca de cualquier lugar próximo a las diócesis y sus anexos, sin duda pensando en los clérigos. Sin embargo, a finales de este siglo, el tabaco se ha extendido a todos los continentes. Esta expansión va generando la idea de gravar fiscalmente este producto, como en un inicio lo llevó a cabo España, provocando que medio siglo de criminalización se vaya al carajo como podemos ver en el cambio de idea de Pedro el Grande de Rusia o el mismo papado, que, en 1725, se retracta de su decisión sobe la excomunión debido a que quería "evitar a los fieles el espectáculo escandaloso de dignatarios eclesiásticos escapando del santuario para irse a fumar a escondidas", según palabras de Benedicto XIII.
            Entre las drogas o sustancias que alteran el estado, extendidas  por Europa, encontramos otro caso de rechazo en un primer momento, el devenir del café. El consumo de esta sustancia no sera tan radical como en el caso del tabaco, pero si que se ve muy criticado en la zona protestante europea. Existen distintos sectores privilegiados donde el café tienes distintas percepciones. En el siglo XVIII, se extiende distintos preceptos donde se castiga a los consumidores. Sin embargo, pasa por varios grados antes de pasar a una aceptación en el norte de Europa ya en el siglo XIX. El príncipe-obispo Von Paderborn acepta poder beber café pero solo siendo un privilegio de la nobleza. Es ya Federico quien decide despenalizar el consumo pero sometiéndolo a un impuesto muy alto. En el resto de Europa, ya mantiene una mayor tolerancia desde mediados del siglo XVII que se abren los primeros países. A finales de este mismo siglo, en distintos cafés europeos se vende una mezcla de café y opio liquido llamado "agua heroica", siendo la precursora de todas las mezclas del café con licor, expendidas a partir del bloqueo continental realizado  en tiempos napoleónicos.
            Tanto el tabaco como café, tienen distintos puntos en común como ser sustancias estimulantes, punto principal en la causa de su difusión. Otro punto de contacto es la adictividad de estos dos productos, donde se llega a pedir por porcentajes de uso ocasional y uso compulsivo. No es accidental que el término adictión, cuya primera mención es en un texto de 1779,  se refiera específicamente al tabaco. Sin embargo, la adicción al café es distinta, ya que su síndrome de abstinencia aparece muchísimo antes que en el caso de otras sustancias como el opio.

Caída del Antiguo Régimente Europeo

            Con la progresiva desacreditación de los procesos inquisitoriales y la paulatina desaparición de los  ideales del Antiguo Régimen, se realizan grandes reformas penales donde se acaba sustituyendo el papel del soberano en los delitos y se descriminaliza de forma mayoritaria el uso de distintas sustancias que alteran la consciencia. El delincuente ya no es culpable de desacato a una autoridad regia divinizada, sino alguien que debe una reparación al Estado. Es por esto, que los actos penados serán aquellos de los que se relacionen con un perjuicio demostrable a la sociedad, condenando, en lo sucesivo, cualquier acto que intentase imponer ese anterior poder soberano en la justicia penal del momento. La salud toma un papel individualista como en el caso del suicidio, donde distintos eruditos como Jefferson o Montesquieu hacen referencias a la libertad de decidir sobre la continuación o no de la vida y la utilización de "drogas dulces" para poner fin a esta, si se desea.
            Por lo tanto, las sustancias que alteran la consciencia ya no se encuentran demonizadas, siempre que el consumo sea con la dosis adecuada a cada individuo. Así, podemos encontrar individuos con un habito demasiado intenso, como el el caso de Goya, que podía tomar unas 800 gotas diarias de láudano, cantidad mortal para una persona con poca tolerancia. La historia evita estos aspectos normalmente porque el concepto de toxicómano sólo existía para la masa de alcohólicos crónicos.
            Otra de las consecuencias de la nueva perspectiva forjada durante los últimos siglos es que, se apliquen estas sustancias a remedios, como el opio en Píldoras Catárticas, el Bálsamo Tranquilo, el Agua de las Carmelitas o los Polvos de la Simpatía,  entre otras triacas medicinales. Dentro de este sistema, aparece con mas resonancia la figura de los boticarios que consiguen renombre a través de sus remedios y preparados que acaban convirtiendo sus boticas en verdaderos laboratorios.
El papel de los boticarios estará en los ámbitos mas "pobres" donde utilizaran  remedios  cortados con elementos mas económicos como regaliz, levadura de cerveza o simple miel. Sin embargo, serian los médicos quienes guardarían mayor renombre y estarían mas versados en la utilización del opio, esto no quita que sean los boticarios los primeros en descubrir los primeros alcaloides. La competencia entre estas dos profesiones saturaran el mercado de "remedios mágicos". 
Durante el siglo XIX, existen distintos consumidores de opio alrededor del mundo. Lo simultáneo de todo ello es que, salvo por sus niveles de adulteración, el fármaco es idéntico en Londres, Calcuta, Estambul, San Francisco y Nankín; pero las condiciones que rodean su uso no son  mismas.


Caso de China y las Guerras del Opio

Antes de continuar y explicar el problema en China,  debemos despejar 3 falacias que suelen marcar la idea generalizada sobre su conflicto con Europa. Una es que los europeos llevaron esta sustancia a un país que la desconocía y exigieron su legalización; al contrario, los contrabandistas se limitaron a satisfacer una demanda muy antigua, mientras intentaron evitar que la droga se legalizase, debido a que así, era mas rentable. La segunda falacia concierne a las intenciones de la corte manchú o Qing, donde se presentan como iniciativas terapéuticas y morales, cuando su móvil inicial fueron consideraciones económicas. La última de estas falacias nace de pasar por alto la catastrófica situación de China durante todo el siglo XVII, viendo solo en el asunto del opio la causa del malestar social y no un simple síntoma suyo. Estos 3 precedentes falsos son explicados y refutados en los siguientes párrafos..
En la situación en Extremo Oriente,  china, aunque tiene contacto comercial con Europa,  no quiere mezclarse con la "chusma occidental". Este territorio asume el despilfarro de occidente con la exportación de los productos mas lujosos y exóticos. Par ello, los europeos comerciaban con tabaco y opio por sedas, te y especias. China abre solo un puerto, Cantón, para realizar este intercambio, Cantón, La dinastía Ming es quien observa los estragos  del tabaco en su población hasta que, el ultimo emperador de esta dinastía, decide prohibir el tabaco en su país. Lo que provocó que, sus conciudadanos, decidieran difundir el habito de fumar de opio que, hasta entonces, solo se suministraba de vía oral.  Esta prohibición ayudó a que los portugueses hagan negocio con el  contrabando y comercio de opio ganando muchas ganancias, ya que los que fuman opio consumen mas que los opiófagos. Sin embargo, no son estos quienes introducen el opio  en el país, ya  que existe distintos documentos que datan el consumo de opio anterior al contacto con los portugueses, llegando a ser considerado el el opio un alimento durante al periodo equivalente a la Alta Edad Media europea.
Con la imposición de la dinastía Qing, por conquista en el siglo XVII, trae consigo el aumento de los impuestos excesivo, además de la quema de distintas bibliotecas y archivos. Esto provocó que los impuestos de trabajo se gravaran mucho en poco tiempo provocando la falta general de drenaje en los canales de irrigación, deteriorando a largo plazo la agricultura nacional. La respuesta a este gobierno mas agresivo es a través de la piratería, el contrabando, el fortalecimieto de las sociedades secretas y  los  estallidos  campesinos. Los emperadores manchuies deciden contrarrestar estas insurrecciones mediante prohibiciones, como la promulgada sobre el habito de de fumar opio o ser propietario de un fumadero, pero no del cultivo de amapola o el uso oral de esta sustancia. A finales de este siglo, se realiza una nueva prohibición  referente a esta sustancia donde se busca mas calmar la desobediencia que el habito de fumar donde se ordenaron  destruir los distintos cultivos de adormidera .
            En este momento, son los ingleses quienes consiguen ser los principales proveedores de china. Esto se debe a que con el paso de los años había conseguido desbancar a los portugueses en el mercado chino, consiguiendo que, desde 1779, el suministro de opio es un monopolio para la East India Company, que por concesión real, mantenía sus plantaciones en Bengala, donde  se seguían nuevos procesos para el cultivo del amapola desarrollados por sus botánicos . El sistema utilizado hasta entonces por los ingleses, era respetar  la prohibición del Emperador y dejar que la exportación fuese hecha por comerciantes privados, a quienes se les otorgaba licencias para trasladar la mercancía desde India a China. Esos empresarios vendían el opio a contrabandistas costeros (normalmente en alta mar) y entregaban el oro y la plata obtenidos al representante de la Compañía en Cantón, que, a continuación, otorgaba letras de cambio pagaderas en moneda inglesa. Con la prohibición establecida en 1793, el contrabando sufre un aumento increíble. El pueblo chino, cree observa, como lo hicieron los musulmanes y cristianos en su momento, que si la droga se administra con sensatez ayuda a vivir más satisfactoriamente.  Y, en este momento, hacer uso de sus virtudes es  algo extendido en grado sumo, porque el país se encuentra devastado por terribles guerras civiles, catástrofes naturales  y una despiadada explotación. Este contrabando derivado, permitía que se permitiese generar grandes fortunas extranjeras a partir de comercio ilegal del opio las cuales defienden la ilegalidad del producto que aporta aun mas beneficios.
            Las prohibiciones no tienen en cuenta que gran parte del oro y la plata del Estado va a parar a manos extranjeras debido a este contrabando y no es hasta 1838 que no se encuentran medidas para sufragar estas perdidas.  Buscando este objetivo, surge en el mismo consejo de Estado imperial,  Lin Tse-hsu, quien defendía aplicar mano dura a este tema, ademas, es el encargado de una comisión que debería ir a Cantón para implantar de forma definitiva la ley del emperador. Este individuo sera  el quien redacte la carta a la reina Victoria exponiendo el tema de la prohibición del comercio de opio en china y preguntándole si ella en su país dejaría de forma legal una sustancia tan ponzoñosa, misiva que se le atribuye, erróneamente, al emperador. Cuando esta carta llegó a Reino Unido, la Cámara de los Comunes decide no abandonar una fuente tan rica de beneficios.  Lin, sabiendo la respuesta y ya estando en Cantón, mandó un ultimatum donde cualquier comerciante de opio debería entregar el total de esta cantidad que poseyese en menos de 3 días. Precipitadamente, fue rechazado y solo se pudo salvar una pequeña cantidad comparado con todos los kilos que se fueron confiscados. Días mas tarde, 3 marineros ingleses matarían a golpes a un ciudadano chino. Cuando la justicia china los reclamó, los dirigentes ingleses dijeron que no, alegando que no se fiaban de la justicia local. Como respuesta, Lin destruye todo los bienes confiscados iniciando así las hostilidades durante los siguientes dos años. Esta es la versión oficial del inicio de los primeros años de conflicto.
            Para los contrabandistas ingleses, estas casus belli era  una manera perfecta de que aumentase los beneficios debido a, como ellos lo llamaban, "la tontería de Lin". Inglaterra basó su declaración de guerra en  «un intolerable atentado contra la libertad de comercio». Los movimientos ingleses fueron bloquear e invadir el puerto de Nanking tras un bombardeo desde las fragatas británicas. Esto provocó la rápida rendición china en esa misma ciudad por el Tratado de 1843. Las cláusulas acordadas fueron una indemnización de  21 millones de libras, la cesión a Inglaterra de Hong-Kong y Amoy, y  la apertura al libre comercio de cinco nuevos puertos. El opio, por deseo ingles, siguió nominalmente prohibido, aunque ahora se repartiese con total comodidad. El alto comisario Lin nunca pensó que el éxito de su cometido «sólo lograría abrir su país a la penetración humillante y ruinosa de intereses extranjeros que acelerarían la caída del régimen».
            En 1856 el conflicto dejo claro su persistencia cuando el Virrey de Cantón se negó a pagar las sumas previstas en el tratado. Por otro lado, los ingleses y franceses aprovecharon como excusa los incidentes ocurridos en el la confiscación de barco «Arrow», además  de su tripulación, y el asesinato de un misionero para reanudar las hostilidades. Esta vez la guerra fue aún más rápida; comenzó a finales de 1857 y en 1858 había concluido con una rendición reflejada en el Tratado de Tientsing de ese mismo año, obligando a China a aceptar nuevas medidas cohercitivas para su gobierno y ventajosas para los contrabandistas ingleses. Esto provoca que, al comercio de seda, te y especias, se unas objetos de arte y lujo chinos. Con los años, actos violentos como la masacre de Tientsing  mostró que la xenofobia china iba en constante aumento, y el interés por el opio británico en progresiva reducción done las nuevas generaciones, empezaron a asociarlo con la explotación  colonial y el cada vez más aborrecido europeo.           
            El mazazo al trafico de opio vino dado por el emperador en 1880, poniendo en marcha programas de información pública e instalaciones hospitalarias para hacer  frente a los casos agudos de consumo. Además, comenzó a permitir cultivos de adormidera en gran parte de las zonas donde tenían una tradición ligada a esta sustancia, como los territorios de la tribu thai.  Una década mas tarde, China era capaz de sustentarse el 85% del opio consumido por su país. Aun así, los ingleses tardaron unos años más para que el parlamento decidiera abandonar el trafico de opio. Para el gobierno chino la situación se normaliza ya que el consumo de opio ya no supone una sangría económica. Sin embargo en los años acordes al cambio de siglo, en china se comienza a extender los opiáceos que los misioneros esparcían como la cura a los males aborígenes.
             La morfina se convierte en la nueva sustancia a la que los países occidentales deciden utilizar en sus exportaciones a partir de la segunda década del siglo XX.

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